Conmoción por la trágica muerte de una joven millonaria de 21 años tras el feroz incendio de su mansión


En plena víspera de Navidad una familia perdió todo en cuestión de segundos, debido a un incendio que tuvo un trágico desenlace. Una madre y sus dos hijas vivían en una mansión en Boston, Massachusetts, valuada en 5,4 millones de dólares, y mientras dormían se desató un fuego voraz.
Los bomberos acudieron alrededor de las cinco de la madrugada del 24 de diciembre al suburbio de Needhamla, tras recibir una alerta de fuego y columnas de humo en la propiedad de 760 metros cuadrados, seis habitaciones y siete baños.
Desesperados, los vecinos reportaron que había tres mujeres adentro. Christa, de 55 años, y sus dos hijas: Alyssa, de 23 años, y Kayla, de 21.
Los equipos de rescate intentaron entrar, pero fueron repelidos por las llamas, que se extendieron rápidamente por toda la residencia.
Mientras seguían combatiendo el fuego, Christa y Alyssa lograron escapar ilesas. Pero no había señales de Kayla, y lamentablemente cuando los bomberos por fin pudieron ingresar, la hallaron sin vida.
Thomas Conroy, el jefe de policía de Needham, John Schlittler, el jefe de bomberos del estado, Jon M. Davine, y el fiscal de distrito de Norfolk, Michael W. Morrissey, informaron en un comunicado conjunto que la propiedad sufrió “daños catastróficos“.
“Aún no hemos determinado la causa de este incendio, pero sabemos que tragedias como esta son más comunes en los meses de invierno”, manifestó Davine, jefe de bomberos del estado.
Davine le recordó a otras familias la importancia de los protocolos de seguridad en cualquier propiedad. “Deben asegurarse de tener alarmas de humo y monóxido de carbono que funcionen en cada nivel de su casa y un plan de escape practicado en caso de una emergencia“, recomendó.
También confirmó que la evidencia preliminar sugiere que fue un incendio accidental y se habría iniciado en un garaje adjunto de la propiedad.
Quién era Kayla Corrigan, la joven de 21 años que murió en el incendio de la mansión en Boston
Kayla Corrigan tenía 21 años y estaba a punto de graduarse de la Universidad de Syracuse de un título de gestión de marketing. La próxima primavera tendría su promoción junto a sus compañeros.
Pertenecía a la hermandad de Sigma Delta Tau, y el grupo le dedicó una sentida despedida en Facebook. “Kayla tenía una presencia preciosa y era un alma tan amable y cariñosa; todos los que la conocieron sabían de su amabilidad, su calidez, su humor y su altruismo”, expresaron.
“Ella tocó la vida de muchas personas, que están increíblemente agradecidas por los recuerdos que compartió”, agregó su hermandad universitaria.
Al enterarse de lo sucedido iniciaron una campaña de GoFundMe creada para cubrir los gastos del funeral de Corrigan y proporcionar alojamiento temporal a su familia. Llevan 160.000 dólares recaudados.
Hija de un exmatrimonio acaudalado, Kayla solía compartir fotos de sus viajes a Europa en Instagram. Su madre tiene una trayectoria histórica en General Electric, con sede en Boston, desde mediados de 1990, y se especializa en las finanzas y reestructuración de personal.
Su padre, James Corrigan, de 61 años, trabajó en diversas empresas de los sectores farmacéutico, biotecnológico y de la salud digital. Anteriormente, ocupó cargos como inversor, alto ejecutivo y miembro del consejo de administración.
James se volvió a casar en 2022. Actualmente vive en una casa valuada en 2,6 millones de dólares en Florida, y trabaja para la firma de servicios financieros JMC Advisors LLC, como presidente y director ejecutivo desde julio de este año, según indica su perfil.
Ni los padres de Corrigan ni su hermana Alyssa, quien se graduó de la Universidad de Massachusetts Amherst en mayo pasado, hablaron públicamente sobre la tragedia.
Fuente: www.clarin.com



